Solemnes huellas secas,
tiernas, como si vida tuvieran,
guían a seres sin rumbo,
por caminos correctos,
tomando senderos,
atajos equivocados.
En desiertos parajes,
en un paraíso verde, sin fin,
siguiendo aquellas huellas,
que parecen no terminar.
Los arboles se inquietan,
las aves se niegan a cantar
en un vuelo perpetuo,
las nubes se detienen,
tanto amor que parece odio.
Alucinantes huellas frescas
al fin se han cansado de andar,
falta poco para saberlo,
falta mucho para entenderlo.
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